El Uso de Pastillas Abortivas


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Recurrir  a un aborto es una decisión que debe tomarse contemplando y analizando cada uno de los pasos que se vayan a dar durante el proceso, esto con el fin de que se vean aminoradas las consecuencias fisiológicas y psicológicas de la interrupción del embarazo. Es por esto que algunos expertos aconsejan el uso de pastillas abortivas, como parte de los métodos químicos del aborto, siempre y cuando su ingesta sea bajo la supervisión de un profesional de la salud.

Es importante mencionar que es muy común que una vez que se ha iniciado con el tratamiento se produzcan hemorragias abundantes, cólicos o dolores abdominales severos y mareos, náuseas o vómito, dependiendo de cada persona.  Para que el uso de las pastillas abortivas sea efectivo, es importante continuar con una serie de pasos básicos: recurrir a un médico especializado; realizar ecografías o ultrasonidos previos y posteriores a la interrupción del embarazo; administrar el medicamento, ya sea oral y vaginal, justo como lo indique el médico a cargo, verificando que no se exceda una ingesta que supere las 48 horas de tratamiento. Si se cumple con los pasos anteriores el resultado de un aborto eficaz es de un 95% o 97%.

Igualmente, es significativo considerar que durante esos días no se abuse en alimentos grasos y/o carnes rojas. De preferencia evitar ingerir el cerdo, consumir bebidas alcohólicas o fumar; ya que estos pueden generar reacción a medicamento utilizado. Recordemos que en la mayoría de las ocasiones se trata de medicamento que trabaja q nivel hormonal.

Finalmente, el uso de las pastillas abortivas se debe evitar en los siguientes casos: si el embarazo no es confirmado; si se sospecha de un embarazo extrauterino; si han pasado cincuenta días o más desde el inicio del periodo menstrual; si existe alguna contraindicación con la prostaglandina; si la paciente padece de insuficiencia renal o hepática, diabetes, asma, bronquitis, hipertensión o si cuenta con antecedentes cardiovasculares en su historial médico familiar. Es muy importante recordar que los riesgos aumentan con la edad, por lo que las consecuencias se pueden duplicar o multiplicar dependiendo de cada caso.