Fisioterapia durante el embarazo

Cuando se habla de un embarazo, lo más común es que las preocupaciones giren en torno al bienestar y cuidados del bebé que se está formando, pero casi nunca nos detenemos a pensar en las adaptaciones por las que el cuerpo de la futura madre debe pasar en si mismas, sino que vemos esos cambios como secundarios y les damos poca importancia.

Desde la perspectiva del fisioterapeuta, esto no es así, ya que es el cuerpo de la madre el primer hogar del futuro bebé y todos los cambios que se produzcan en ese organismo lo afectarán, para bien o para mal. Por esa razón, es de máxima importancia que las madres cuiden de su cuerpo durante ese periodo.

El propósito de la fisioterapia para mujeres embarazadas es, primero, que cuenten con la información necesaria sobre los cambios físicos que experimentarán (o que ya están experimentando) como preparación hasta antes del parto. En segundo lugar, se busca lograr un crecimiento armonioso entre la madre y su hijo, pues ambos dependerán del mismo cuerpo durante algunos meses.

Para que esta armonía pueda entre ellos pueda tener lugar, se debe llevar a cabo un programa de acondicionamiento físico para que la madre se prepare a nivel cardiovascular y osteomuscular, pero también que tenga una postura correcta mientras dura su embarazo, ya que eso puede producir muchas molestias y dolores innecesarios, mismos que de algún modo son resentidos por el bebé en formación.

Al final, el factor más importante y por el que se trabaja en última instancia es la completa tranquilidad de la madre ante los cambios, tanto los que ya están sucediendo en su cuerpo como los que están por venir, después del parto.

Una de las principales deficiencias que presenta el organismo de las futuras madres es la de retención de líquidos, la cual tiene una serie de molestas consecuencias, tales como sensación de pesadez, cansancio e hinchazón de piernas. También los problemas de espalda son frecuentes, debido sobre todo a la mala postura.

Estos problemas pueden solucionarse fácilmente acudiendo al fisioterapia quien, en el primer caso y con los cuidados propios que deben tenerse con las embarazadas, hará un drenaje linfático manual, lo cual estimulará la asimilación de los líquidos con una sensación de relajación plena. En el segundo caso, lo más probable es que recomiende una sesión de ejercicios con una pelota inflable para relajar los músculos dorsales.