¿Planeas hacerte cirugía y te llueven críticas? Te decimos cómo enfrentarlas


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Decidir someterse a una cirugía estética como la abdominoplastia (remoción del exceso de piel y grasa abdominal), rinoplastia (corrección de la forma y defectos estéticos de nariz), bichectomía (reducción de las mejillas) cirugía de aumento o reducción de senos es difícil en muchos sentidos, pero especialmente en lo que respecta al juicio moral al que se enfrentan muchos pacientes antes, durante y después de la cirugía.

Mucho se ha hablado sobre la necesidad de no permitir que esta visión y las críticas derivadas de ella condicionen la elección de los pacientes, pero pocas veces nos proponemos reflexionar sobre el origen, la lógica detrás de estos tabúes y la manera en que llegan a parecer convincentes al grado de provocar que los pacientes no consideren la cirugía plástica entre sus opciones o disuadir de su elección a quienes ya han aceptado que quieren y necesitan dar este paso.

Por ello, anticipando que nadie tendría por qué dar explicaciones acerca de una decisión tan personal, en este artículo nos damos a la tarea de intentar deconstruir algunas de las objeciones y cuestionamientos que seguro recibirás antes de operarte. Esto no solo con la finalidad de que tengas argumentos para defenderte –en una situación en la que, de hecho, la mejor defensa de tu albedrío y privacidad es no responder– sino para que puedas identificar los fallos lógicos en la mayoría de las críticas y tomar una decisión basada en pros y contras con sustento real.

“Las mujeres que se hacen la abdominoplastia son perezosas; no quieren hacer dieta ni ejercicio. Buscan el camino fácil”:

Someterse a una cirugía implica un costo elevado en todos los aspectos: desde encontrar un especialista y una clínica de cirugía plástica de confianza, ahorrar para costear el procedimiento, hasta prepararse física y psicológicamente para experimentar dolor y posibles efectos secundarios. Si la descripción de este panorama ya descarta automáticamente pensar en una “opción fácil”, también es necesario recordar que este tipo de cirugías no se practican como solución milagrosa, sino que constituyen el último recurso en el plan de acción (que naturalmente incluye un régimen dietario y ejercicio) recomendado a pacientes que luchan contra la obesidad.

“Su motivo es la moda; no piensan en las consecuencias”:

Y hablando de modas… ¿has notado que lo de nuestro tiempo es exigir a las mujeres la perfección estética y condenar, por otro lado, la modificación corporal?, ¿no es la contradicción lo del momento? Sin importar cuánto influyan las revistas de moda y los medios de comunicación nuestra imagen corporal, lo cierto es que vivimos una época en la que cualquier decisión que tomemos caerá en uno u otro extremo de lo juzgado incorrecto.

“Hay que envejecer con dignidad”:

¿Y no es envejecer con dignidad procurarse el mejor estado físico y emocional?, ¿No lo es el que nuestras acciones sean consistentes con nuestra necesidad?

“Deberían aceptar el cuerpo que les fue dado por naturaleza”:

El alcance de la cirugía estética trasciende a la vanidad que tanto escandaliza a sus detractores. Gracias a ella es posible corregir malformaciones como el labio leporino, atenuar las cicatrices de accidentes y reconstruir los cuerpos de víctimas de ataques o atentados. Todas estas circunstancias alternan la naturaleza del cuerpo y asumir como válido este argumento equivaldría a decirles a estas personas que no accedan a la solución para su problema porque “no es natural”.

“Una mujer que gasta su dinero en cirugías plásticas es frívola, egoísta y no tiene sus prioridades en orden”:

En muchas culturas se exige a las mujeres dedicar su tiempo, atención, cuidados y al bienestar de otros. Este argumento proviene de la mentalidad que censura el que las mujeres empleen sus recursos en ellas mismas. Por otra parte, ¿alguien que tiene una vida y preocupaciones propias, va por ahí estableciendo el orden de las prioridades ajenas? Es obvio que no, así que toma el comentario de quien venga y decide con base en tus razones.

“El precio es muy alto solo para gustarle a un hombre”:

Quien haya hecho esta asociación quedó traumatizado (a) en serio por el cuento de La sirenita, pero lleva algo de razón. Hemos de reconocer esto en el sentido de que, considerando los costos materiales y personales que hemos mencionado, es evidente que la cirugía estética supone una alternativa que las mujeres tomamos para estar bien con nosotras mismas por encima de cualquier otra relación.

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