¿Se puede usar la espirometría en niños?


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Uno de los estudios más rápidos, eficaces e indoloros para conocer el estado de los pulmones es la espirometría, que mide la cantidad de aire que pueden retener los pulmones, la velocidad de las inhalaciones y exhalaciones durante la respiración. Se trata de un procedimiento no invasivo, que puede utilizarse con espirómetros en niños a partir de 5 años, edad en la que pueden seguir las instrucciones de dicho instrumento.

El espirómetro cuenta con una boquilla y un tubo que se conecta a la máquina para registrar los resultados que se obtienen en cada respiración. Existen varios modelos de este dispositivo, los más modernos se conectan a aplicaciones móviles para enviar los datos al correo electrónico del médico para dar seguimiento al paciente, pero también hay otros más sencillos y que incluso pueden hacerse con objetos de casa.

La espirometría se utiliza en el disgnóstico, monitoreo y tratamiento de enfermedades que afectan a los pulmones, como el asma y la fibrosis quística, que pueden dificultar la respiración, pero también se utiliza para determinar la causa de la falta de aire, cuadros de tos crónica, sibilancias de pecho y para evaluar el funcionamiento pulmonar previo a una cirugía.

En los últimos meses, el espirómetro también se ha utilizado para fortalecer los pulmones de pacientes recuperados del coronavirus COVID-19, especialmente de los niños quienes pueden seguir su tratamiento desde casa.

Antes de usar el espirómetro, tu pequeño debe evitar el consumo de bebidas carbonatadas, medicamentos contra la gripa, cafeína, además de no comer mucho y evitar el ambiente donde haya humo de tabaco. El niño debe estar tranquilo y cómodo, sin ropa que le ajuste demasiado o interfiera con su capacidad para inhalar y exhalar profundamente.

Es importante seguir las instrucciones del especialista, quien puede indicar el uso de sujetadores nasales para evitar que se escape el aire durante la espirometría; asimismo, pueden pedirle al niño que se mantenga en pie, ya que al sentarse puede inclinarse hacia delante y afectar la respiración.

Además de las terapias con espirómetros, los pequeños pueden fortalecer sus pulmones soplando para hacer girar un rehilete, inflar globos o apagar velas. El tiempo de duración de la espirometría y las veces que se debe utilizar el espirómetro dependerá de las indicaciones del especialista, lo más importante es realizarla correctamente y saber que el pequeño no sentirá ningún dolor, aunque puede sentir un ligero mareo o falta de aire debido a las respiraciones rápidas y profundas que tiene que hacer.

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